Agachó la cabeza y
pensó – Este es el último día-. Desde hace un año, Javier Martínez, un gerente
de una pequeña empresa de estrategias de publicidad, siente que su vida profesional está
estancada.
Javier lleva trabajando
cinco años en la empresa. Al principio, su trabajo y empeño lo subió de puesto
casi instantáneamente. Hoy sabe que no hay para dónde crecer, sin embargo, el
miedo de pensar en explorar nuevos caminos profesionales y dejar su zona de confort,
es mayor que la ambición de su propia preparación.
Todo
profesional ha pasado por momentos decisivos que marcan su vida personal y
académica. En las empresas, el ambiente laboral está repleto de ellos, cada
ente simboliza un caso a tratar, que a su vez, genera un caso conjunto.
¿Cómo
podemos solucionarlo?
Al respecto, se han
identificado dos causas por las cuales la gente se queda estática en sus vidas
profesionales y personales, afectando de manera directa a la productividad y
a la economía de las empresas:
- Porque no saben cómo hacerlo siendo esta causa fácil de solucionar, de manera personal o profesional requiere una actualización o capacitación, dando herramientas para reencausar su vida laboral.
- Por dependencias emocionales. Llega un momento en la vida de cualquier profesional, donde estas dependencias estancan su vida personal y profesional, los frena en seco y genera un lastre económico para la institución y un lastre emocional para las personas. Estas dependencias evitan tomar decisiones y avanzar. Nos impide salir de nuestra zona de confort por el ‘miedo a perder’
Dependencias emocionales y falsa
felicidad
¿Alguna vez te has
sentido inseguro en tomar decisiones, sin capacidad de realizar cambios
cualitativos en tu vida, no sabes cuál es tu rumbo profesional, sientes que no
creces de manera personal, no sabes dónde encajar?
Estos son los
resultados de situaciones generadas por una dependencia emocional. Estas
dependencias suelen producir una comodidad agradable, pero una
falsa felicidad, la cual atrapa e impide actuar y reaccionar.
En la vida profesional de los individuos suele
haber cuatro tipos de dependencia emocional: confort, control, éxito y ego.
El confort
Si
bien no es la más complicada de resolver, sí es la más común. “Esta dependencia
ocurre a cualquier nivel, directores, ejecutivos y colaboradores dependen de la
comodidad. ¿Alguna vez te has preguntado si te conviene salir del puesto de
trabajo donde llevas más de tres años, el cual no representa progreso, pero sí
estabilidad? La respuesta es sencilla: no te conviene”.
El
confort es una de las dependencias más recurrentes en la vida profesional,
cuando nos encontramos en un estado sin retos, el miedo a cambiar de rumbos y
quebrar este estado de confort es
más fuerte que nuestro propio beneficio.
El control
Aún
existen muchos directivos de la vieja escuela, con métodos y programas de
gestión que dejan mucho qué desear y para quienes los empleados preparados sólo
simbolizan retos y problemas de sublevación. ¿Cuántas veces no hemos escuchado
esto en las organizaciones? El control es una de las dependencias de
directivos, gerentes y líderes en las empresas, estancando la vida profesional
de ellos y su personal.
El ego
Los cambios generacionales están
a la vuelta de la esquina. Están preparadas para los nuevos retos
profesionales, su interacción con el mundo virtual y sus nuevas capacidades de
síntesis, harán de estos personajes, los próximos directivos. ¡Pero ahora no!
¿Y tú que me vas a enseñar a mí? ¡Te falta experiencia para opinar! ¡Cómo
te atreves a cuestionarme! Son algunas frases donde la dependencia al ego, domina.
Estos
personajes, y se da en cualquier puesto y estatus, suelen creer que la
experiencia opaca a la capacidad, saboteando la carrera de sus compañeros y
colaboradores.
El éxito
Vanessa
es compañera de Javier, es reconocida por ser una excelente creativa. Por dos
años consecutivos ha ganado el premio a la mejor campaña publicitaria. Para
ella, no hay mejor manera que hacerlo sola.
Este
perfil trabaja en solitario, cree que sus capacidades son superiores debido a
los resultados obtenidos, negándose a una convivencia laboral y a un trabajo en
equipo. De esta forma, obstaculiza la retroalimentación, la comunicación y la
enseñanza dentro de sus filas laborales, parando el crecimiento y oportunidades
de superación de sus compañeros e iguales.
Estas dependencias
emocionales ocurren en lo profesional tanto como en lo individual. Si bien es
cierto que directivos, ejecutivos y gerentes, tienen en sus manos la
responsabilidad de crear ambientes laborales para impulsar el
crecimiento personal y profesional de su gente; también existen retos que los
profesionales deben superar de manera individual.
¿Y tú? ¿Estás en un momento como
este? Desde mecoach con nuestros profesionales ampliamente experimentados
podemos ayudarte. No lo dudes.
El Equipo de mecoach
Fuente original: http://www.altonivel.com.mx/
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